La observación
Muchas veces, pensamos que los niños actúan, se comportan, piensan y son atraídos a unas cosas específicas, lo que nosotros consideramos infantil (colores brillantes, luces y sonidos, dibujos…), sin embargo, esto son prejuicios y asunciones que el adulto hace sobre el niño.
De esta forma, muchas veces como padres y educadores, pensamos que los niños a una cierta edad sólo saben o pueden hacer cosas muy concretas, y nos sorprende la diferencia cuando les dejamos hacer y sólo observamos lo que hacen.
En este blog, hablaremos sobre la observación, de cómo se ejecuta en el ambiente Montessori, y de esta misma manera es como se debe llevar a cabo en el nido Pikler, cuando los padres observan a los niños trabajar y desarrollarse de manera libre.
En un ambiente Montessori, un papel muy importante que el adulto debe llevar a cabo es la observación de los niños y para ello debe hacer un trabajo previo: liberarse de todo prejuicio anteriormente formado acerca de los niños y todo lo que les rodea.
Cuando el adulto observa al niño, debe hacerlo con la humildad de quien descubre algo nuevo; ya que las cosas siempre cambian, y el niño que fue observado ayer, no es el mismo que el de hoy. No debe haber prejuicios ni ideas preconcebidas.
Esta observación, debe ser hecha desde el plano neutral, donde no interfieren nuestras propias emociones ni nuestro juicio personal, es decir: si el niño hace un movimiento en el cual su mano se acerca a un vaso, no debemos asumir que ha intentado agarrar el vaso y ha fallado, sino describir qué movimiento ha hecho.
La Doctora maría Montessori descubrió mediante la observación de los niños muchas cosas, entre ellas:
- Que los niños aprenden todo el conocimiento del mundo que les rodea, y cuanto más jóvenes comienzan, más capaces y más adquisición tendrán.
- Que el periodo desde que nace hasta los 6 años, es el momento en el que el niño adquiere el conocimiento de su cultura y formado su propio carácter.
- No es el adulto el que conforma el carácter del niño, sino el propio niño en su desarrollo hacia la adultez que, con todas las experiencias que vive, forma su carácter final.
Una estudiante de Guía Montessori Observa a los niños y registra la actividad. En una Comunidad Infantil en Zaragoza - Que los niños de todo el mundo pasan por los Periodos Sensitivos y las Tendencias Humanas (los primeros son ventanas de oportunidad para aprender nuevas cosas sin esfuerzo y con mucha atracción, y las segundas son aquellas pautas de desarrollo evolutivo que los niños realizan y que se corresponden con el desarrollo del hombre en la prehistoria).
- Que cuando el niño está trabajando y aprendiendo, se concentra de manera profunda e ininterrumpida, y debido a la naturaleza curiosa de los niños, es mejor una enseñanza indirecta que una directa.
Hay varios tipos de observación que el adulto debe hacer en el ambiente Montessori:
- Introspectiva: donde cuestiona sus propios conocimientos, valores, acciones, pensamientos y emociones y los relaciona con las experiencias vividas, resultados y consecuencias.
- Directa: cuando el adulto realiza una observación del niño en el ambiente y anota todos los datos.
- Indirecta: Cuando el adulto hace una consulta de libros y álbumes que contienen el conocimiento que necesita y relaciona las observaciones directas que ha anotado para saber en qué momento del desarrollo se encuentra el niño/a.
Para que en el ambiente Montessori haya una observación real y objetiva, deben seguirse dos pautas:
- Quitar todo obstáculo: el adulto debe estar presente en sí mismo y, como se ha mencionado anteriormente, despejar su cabeza de ideas preconcebidas, emociones y valoraciones antes de comenzar a observar. El adulto no debe suponer una distracción para el niño/a, debe permanecer callado y quieto, sin interferir en la actividad (a no ser que ésta suponga un peligro para el mismo niño/a o para los demás) y anotar todo lo que observa.
- Reflexionar posteriormente: Una vez hecha la observación, el adulto debe tomar todos los estímulos externos a la actividad y la conducta del niño, y relacionarlos con la propia actividad, además de cómo se sentía y pensaba antes de hacer la observación y cómo ha cambiado después de la misma.
Para terminar, os dejamos unas pautas de cómo realizar la observación:
- Mantenga la mente abierta.
- Mantenga la mente en silencio.
- No juzgue.
- Sea un observador científico.
- Sea objetivo.
- Vea y escuche.
- Observe con interés, respeto, responsabilidad y conocimiento.
- Practique, practique, practique.

La doctora Silvia Dubovoy añade esta frase tan potente y que resume la forma de intervenir:
“Observe primero, espere un poco y entonces actúe si es que es necesario”.