Nuestro centro cubre las primeras etapas de la vida, desde los 4 a los 36 meses.
Consideramos que este periodo de tiempo es esencial para que el/la niño/a conozca el nuevo ambiente fuera de su madre, que aprenda infinidad de cosas y que los/las adultos/as le hagan sentirse seguro, proporcionándole un ambiente agradable teniendo en cuenta sus necesidades.
Es en este momento cuando es muy importante mostrar al/la niño/a el mundo en su manera más correcta para ayudarle a establecer una buena base, unos puntos de referencia que serán válidos para el resto de su vida, así como comenzar los pilares de su autoestima, conocimiento e inteligencia emocional.
Como Silvana Montanaro indica: “Mis años de experiencia directa con niños me han convencido profundamente de que la vida prenatal y el periodo del nacimiento a los 3 años establecen los cimientos de la personalidad humana” (Silvana Quattochi Montanaro, Un ser humano, la importancia de los primeros años de vida. Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1999).
Es por esto por lo que, desde nuestro centro, apoyamos esta etapa y sabemos lo importante que es para los niños y niñas y su futuro desarrollo y su evolución como seres humanos. Por tanto, consideramos a cada niño/a como un ser único y excepcional.
Seguimos la metodología Montessori porque consideramos que cada niño/a tiene el derecho a desarrollarse libremente como un ser individual y diferente a los demás, cuyas necesidades y emociones son únicas a su persona. Buscamos poder dar apoyo a esta persona en desarrollo, así como a las familias que piensan de esta misma manera.
Trabajamos con ellos/as desde el respeto y la admiración, observamos e intervenimos sólo cuando es realmente necesario; de esta manera, apoyamos el sentimiento de autoconfianza en el/la niño/a, le transmitimos el mensaje de “tú sí puedes”.
Además, proporcionamos un ambiente rico en actividades que potencian y estimulan todas sus capacidades tanto a nivel físico, motor-cognitivo y de precisión, como momentos de desarrollo emocional, ya que está en compañía de niños y niñas de su misma edad, mayores y menores. Con esto damos un sentido de integración a la sociedad y les ayudamos a desarrollar un papel de responsabilidad para consigo mismos/as y para con los/las demás, aprendiendo de los/las mayores y ayudando a los/las pequeños/as.
Nos guiamos por las necesidades e intereses que vemos surgir en los/las alumnas a través de la observación objetiva, ofreciendo posteriormente situaciones y actividades que les ayudan a responder a estas necesidades y a desarrollar sus intereses. También estimulamos el lenguaje tanto en español como en inglés mediante asambleas y presentaciones.
María Montessori cree en el desarrollo de los niños y niñas desde sí mismos, su potencial se encuentra dentro y es el deber de los/las adultos/as el ofrecer las herramientas y materiales al/la niño/a para que él/ella mismo/a pueda desarrollarse. Para la etapa de 0 a 3 años, María Montessori trabajó conjuntamente con Silvana Montanaro, quien había estudiado más a fondo esta etapa.
Silvana Montanaro, fue uno de los pilares de la pedagogía Montessori, además fue pionera en la difusión global de las ideas de María Montessori enriqueciendo este conocimiento con su estudio psicológico profundo sobre el embarazo y los primeros tres años de vida. Ella jugó un papel decisivo en el resurgimiento del curso AMI de 0-3 y en la formación de muchos entrenadores y líderes profesionales AMI.
“Cuando se da una buena ayuda en los primeros años de vida, el niño a los 3 años es un ser humano impresionante. […] Frente a nosotros tenemos a un niño que, aunque todavía se considera muy pequeño, a los 3 años es un alegre e incansable trabajador que sólo se satisface con el ejercicio continuo de sus capacidades, cuya mente no tiene límites cuando se trata de absorber todas las cosas del ambiente” (Silvana Quattochi Montanaro, Un ser humano, la importancia de los primeros años de vida. Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1999).